“Amigos en el Camino” es una organización comunitaria integrada por seres solidarios que se definen a si mismos como “un grupo de compañeros que buscan un mundo mejor, con menos desigualdad, poniendo el corazón y tendiéndole una mano a los amigos en situación de calle.” Dejan bien en claro que no son una ONG, no tienen banderas políticas ni religiosas, se manejan de manera horizontal a nivel grupal, y sólo los une las ganas de ayudar. No reciben subsidios y dependen de aportes personales y de las donaciones solidarias de la gente.
En cada salida llevan comida caliente, botiquín de primeros auxilios, ropa, elementos de higiene, pedidos especiales de la recorrida anterior y demás cosas. Y a partir de la relación que se va creando con las personas de las distintas “ranchadas” intentan ayudarlos a que dejen la calle, ya sea a través de darles una mano con el tema legal, subsidios o promoviendo que inicien un tratamiento para recuperarse de las adicciones, control de embarazos, etc.
La primera vez que lo vimos nos sorprendió como había iluminado su entorno con sus pinturas: el Sagrado Corazón, EL Che Guevara, La Virgen María. Cada trozo de madera, espejo, cartón papel, pared era una maravillosa posibilidad para plasmar su arte…
Llevó un tiempo lograr su confianza, siempre nos recibió con una sonrisa y solo pedía lo que estrictamente necesitaba, nada más:
”No, muchas gracias, por favor llévenlo a otro Amigo que lo necesite..”
Al principio con mucho respeto le pedimos fotografiar algunas de sus obras y un día en un gesto que nos tocó el corazón, nos regaló la primer pintura. Estábamos tan contentos que le pedimos a él que nos sacara una foto y para nuestra sorpresa nos dijo: “Quiero ver si Uds son buenos fotógrafos” y con una sonrisa tomó la pintura que nos regaló, nos entregó la cámara y posó porque él nos quiso regalar su foto con su obra.
A Martín le quemaron este año al menos 3 veces su ranchada intentando que abandonase el lugar, fue hostigado y amenazado para que lo hiciera y él cada vez con más bronca y dolor iba perdiendo la fuerza
Una noche de frío lo encontramos muy triste con todas sus pertenencias quemadas y con solo una tela que lo cubría. Estaba abatido.
Cuando le pudimos entregar abrigo y alimentos, en un gesto que nunca olvidaremos, tomó un sombrero que era parte de las 3 o 4 pertenencias que tenía y se lo regaló a nuestro compañero Miguel. ¡Que lección inmensa! Dar, aunque no te sobre, compartir lo poco que tenés y hasta lo que necesitas!
Con el correr de los meses y las visitas fuimos ganando su confianza, respeto y cariño. Entre charlas íbamos conociendo parte de su vida y tratando de llegar a él de algún modo para encontrar la forma de que dejara la calle…
“Necesito tiempo, tengo que arreglar algunas cosas en mi cabeza… no quiero lastimar a nadie..”.
Un día sucedió. Un comentario: “El 31/08 cumple años Agustina, mi hija más chica. Cumple 10 años y quisiera visitarla”
Ahí surgió el ofrecimiento de acompañarlo y llevarlo hasta El barrio Las Catonas en Moreno.
En cada visita nos lo recordaba y su ansiedad crecía y crecía, le comentamos que habíamos conseguido una bicicleta para llevarle de regalo, que le íbamos a conseguir ropa, que lo íbamos a llevar a bañarse.
Hoy a la mañana cuando llegamos nos recibió con un grito de alegría, miedo contenido, ilusión y llanto
“¿¿Por que me hicieron esperar tanto?? ¡¡Pensé que no venían!!!”
A veces no nos damos cuenta el valor de la palabra empeñada, y muchas veces decimos cosas por decir y luego nos olvidamos y no cumplimos. Quizás en el fondo Martín pensó, que no íbamos a ir, que podía ser una promesa más de tantas que la gente hace,una vez más de tantas. Después de todo, la realidad siempre le demostraba que no valía la pena ilusionarse…
A partir del momento en que subió al auto era una máquina de hablar, nervioso, ansioso, feliz..
Llegamos al Centro Monteagudo y ya tuvimos el primer buen augurio: ahí se encontró con un amigo de la calle al que le faltaba una pierna como a él, con alegría chocaron muletas y se abrazaron.
El segundo buen augurio fue que apenas entró en la oficina vio 2 pósteres del Che Guevara:
”Mirá, mirá quien está ahí!!!”
Los Amigos del Monteagudo ya habían ido a visitar a Martín tratando de que fuera al Centro y él se negaba diciendo que no era aún su momento…
Quizás a partir de ahora…
Capítulo aparte fue lo que costó que se bañara: Cuando por fin lo convencimos, se estaba bañando con agua fría y cuando lo avivaron para que prendiera la caliente, no quería salir más…!!!
”Que cierto que es el dicho!!. Lo recordé cuando corría el agua: El agua lava las penas… No me acordaba lo que se sentía”.
Solo aceptó ponerse una remera, una campera, las zapatillas y un jogging que nos facilitó un compañero del Monteagudo.
Después de unos mates partimos.
El trayecto fue el relato de su vida, sus mujeres, sus hijos, su mamá, su hermana, parte de su vida: Su mamá murió y el tiene varios hermanos. Una figura importante es su hermana Beatriz, la mayor.Cuatro son las mujeres que fueron parte de su vida y madre de sus hijos: de la primera tuvo a su hijo mayor “El Chacho”. Con la segunda tuvo 7 hijos. Con la tercera tuvo a Meli. Con la cuarta y última: Estela, tuvo a su pequeña Agustina, a la que íbamos a saludar en su cumpleaños.
Nos contaba todo con detalles como si hubiera sido ayer, como si no hubiesen pasado los años…
“Cuando salí de la cárcel, un día estaba tirado en la cama con Agustina, que era una bebé, en el pecho, entró el Chacho, el mayor, y me dijo: Está es la numero 10, ¿no? Bueno, espero que cuando cumpla 10 años estemos los 3 juntos…y yo le prometí que así sería”
A veces no nos damos cuenta como un instante marca nuestras vidas, para siempre…
Vaya saber lo que pasó por la mente y el alma de este hombre para que se perdiera y cayera en el Abismo de la calle hace 7 años, pero este recuerdo fue el motor que le dio la fuerza para tratar de volver a conectarse con la vida y 7 años después, regresaba a cumplir su promesa.
Llegamos a Moreno y el se sorprendía viendo cada calle, cada esquina, cada casa después de 7 AÑOS de no pisar su lugar en el mundo
“No cambió nada” “Todo está igual!!!”
No todo estaba igua, el paisaje quizás… pero muchas cosas habían cambiado en estos 7 años de ausencia en los que él se había perdido en el abismo de la calle…
En la primer parada se reencontró con Mirta, su ex cuñada, la tía de Agustina. Ahí comenzó algo muy difícil de poner en palabras, es casi imposible describir el asombro, la emoción, el estado de shock de cada una de las personas que nos fuimos encontrando. Sus miradas, el aliento contenido, los ojos húmedos, la alegría, la inmovilidad, la sorpresa, …
“DIOS MIO CREÍAMOS QUE ESTABAS MUERTO!!!!” “POR DIOS ESTAS VIVO!!!!!”
Después de todo lo que describí anteriormente cada una de las personas con las que se reencontró repetían murmurando una y otra vez estas frases, mirándolo, abrazándolo.
Mirta le contó que su hermana se había mudado con su sobrina Agustina y ahí le dio la noticia de que Estela, su ex, tenía un bebé de menos de 1 año.
“Yo se que no puedo decir nada, pero me siento quebrado,aniquilado, siento el golpe aquí en el pecho”
Nos dio las indicaciones para llegar a la nueva casa en Paso del Rey para que pudiera ver a Agustina y partimos
La parada siguiente fue la casa de Beatriz, su hermana. No la encontró. La casa estaba vacía. Ella ya no vivía allí.
Enfrente la esposa de otro hermano que no podía creer verlo vivo. Ella le dijo que la casa estaba vacía y disponible para él…
”Tengo un techo… Si quiero tengo mi casa… Todo depende de mi”
Luego fuimos en busca de su hijo mayor “El Chacho”.
Ya no vivía en la casa… pero a la vuelta estaba la mamá del Chacho, su ex esposa con su pareja que fueron los que criaron al Chacho.
Primero el reencuentro fue con la abuela del Chacho, que lo abrazaba y no podía más de la felicidad
”Estás vivo, Estás vivo!!!”
Luego el reecuentro con su hijo. De lejos veíamos el abrazo, la caricia…
Chacho, ya no vive en el barrio, justo estaba de visita. (No cabe duda que El de arriba, acomodó las cosas para que esto fuera así)
Chacho con su 26 años, ya tiene su familia y Martín es abuelo de una nena…
”Ahora soy abuelo!!!”
Y no solo de esa nena. Martín en la actualidad tiene 4 nietos por parte de sus otros hijos, le contó El Chacho.
Cargados de emociones partimos al encuentro de Agustina. En el camino, Martín iba gritando y saludando a todos los que se iba cruzando:
“¿Qué haces tritri? Volví de la muerteeee!!!!
Ojos abiertos de par en par, sonrisas, saludos…
Cuando llegamos a la puerta de la que pensábamos que podía ser la casa, hubo un silencio y Martín no se movía. Le dije si quería que bajara para preguntar y me dijo que si.
Batí las palmas y pregunté por Estela.
Una mujer salió y le pedí que me acompañara porque alguien que estaba en el auto quería hablar con ella. Le pedí que por favor no se asustara porque era el papá de su hija. Pude claramente sentir como se le detuvo el corazón y al instante explotó en latidos.
“Dios mío, estabas muerto, estabas muerto…no lo puedo creer,no lo puedo creer”.
Temblando, conmocionada se acercó con su bebé. En eguida Martín lo tomó en su brazos y le jugaba, mientras Estela no dejaba de mirarlo atónita.
Se saludaron, charlaron, bromearon, rieron, se emocionaron…
”Quiero ver a Agustina, ¿dónde está Agustina? Le traje algo para ella”
La nena estaba en la casa con su hermana mayor. Estela tenía 3 hijas de un matrimonio anterior, mayores que Agus. Estela ahora también es abuela, 2 de sus hijas ya son madres.
Muy atinadamente le dijo que por favor le diera tiempo para preparar a la nena para su encuentro con él, que por supuesto la iba a ver pero que primero tenía que procesar ella la noticia y luego ver como podía hablar con su hija para prepararla para el reencuentro.
“¿Le dijiste a Agustina que yo había muerto???”
A la nena le habían dicho que su padre no estaba viviendo en el país.
Cuando bajamos la bicicleta, resultó ser que Agustina no cumplía 10 años sino 11años y que era muuuuy alta, o sea que necesitaba una bicicleta grande
“Cuando la vea se la va a querer quedar igual, Se la regaló su papá, va a querer guardarla y seguro no va a soltar el peluche por nada” nos decía Estela.
Mientras Martín decía: “11 años… no lo puedo creer, tengo un año en blanco, no se que’epasó con mi vida… me perdí de tal manera… no tuve conciencia del tiempo…”
Con Miguel volvimos a alejarnos para brindarles privacidad y podíamos ver las miradas, las sonrisitas. En el aire se sentía la seducción, la coquetería… y que tibiamente, ese fuego que hubo alguna vez, chiporroteaba aún. Según nos dijo Estela, ella está sola con su bebé
“No sabés como dibuja Agustina…es increible… lo heredó de vos” escuchaba Martín mientras una sonrisa se le pintaba en la cara
Llegó el momento de la despedida con la promesa de comunicarse para ver como se podía dar el encuentro..
Así emprendimos el regreso. Mucho, mucho y muy intenso, un cóctel de emociones, un montón de sentimientos para procesar.
Para distender un poco, paramos en una parrillita al paso,para compartir un almuerzo, celebrar la vida y la posibilidad que se le abre ahora a Martín.
El paso que dió fue gigante, inmenso. Costó 7 años el poder lograrlo.Pareciera que la caída en el abismo interminable tocó fondo y con este paso tan importante que conllevó mucho valor y coraje, ahora viene la parte más difícil: que lo pueda sostener, y de nuestra parte, poder acompañarlo y apoyarlo.
Es primordial ayudarlo a que de a poco pueda ir reconstituyendo lazos sociales, que se anime a un apoyo terapéutico, que pueda establecer vínculos con pares…que pueda intentar una transición para reaprender a relacionarse y a convivir antes de volver a su casa.
Creo que aún nos llevará un tiempo más procesar todo lo vivido, tenemos el alma alborotada, la mente con un montón de información y de preguntas, el corazón feliz porque sentimos que esto fue muy bueno.
Cuando volvíamos en el auto Martín miraba una y otra vez las fotos sacadas y ante la pregunta de si podíamos compartir su historia con todo el grupo y alguna fotos el nos dijo:
“Todas, quiero que las publiques todas y que cuentes todo. Sin Uds, HOY no hubiese sido posible. Yo tenía una vida y nadie lo sabía, quiero que se sepa que era verdad. Ahora depende TODO de mi y esta vez quiero hacer las cosas bien”
CONMOVER es causar en alguien una emoción muy fuerte y profunda, o despertarle intensos sentimientos.
Si tuviera que elegir una palabra para describir lo que hoy sentimos al vivir la experiencia que Martín nos permitió compartir junto a Él, seguramente sería que estamos sumamente CONMOVIDOS.
Creo que CONMOVER de alguna manera describe el MOTOR del trabajo de Amigos en el Camino.
Porque el dolor, el desamparo, la indiferencia nos CONMUEVE el alma empezamos con un plato de comida, un abrigo, una palabra, un abrazo pero nuestro objetivo es mucho más…intentamos generar ese lazo de confianza y amistad para en algún momento y de alguna manera podamos ayudar a ese Amigo que nos abre el corazón y que toma y se aferra a la mano que le extendemos.
HOY fue Martín…y queremos compartir con TODOS su historia para que los CONMUEVA como a nosotros, para que se vayan uniendo más Amigos en el Camino que cambien la indiferencia por Amor en Acción,
HOY fue Martín y es largo el Camino por delante…pero el primer paso de este Volver a empezar ya está dado…:
Esto nos conmueve, nos llena de alegría, de ilusión y de fuerza para redoblar el compromiso
Martín estaba muerto…
Amigos en el Camino, celebremos: MARTIN HA RESUCITADO!!!
Firmado: Moni Coro
Agradecimientos: Miguel Calissano
Contacto: amigosenelcamino@gmail.com
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