Se viven tiempos difíciles, «tiempos violentos», diría parafraseando a Tarantino
En nuestros editoriales hemos desarrollado muchos de los temas que conllevan a esta afirmación tratando de encontrar alguna posible solución o paliativo a los problemas que nos aquejan. Y aún seguimos en esa búsqueda. Pero, debemos ir con cuidado, por momentos los árboles no nos dejan ver el bosque. Me refiero al hecho de que la maleza oculta los buenos pastos, pero estos están.
Así también lo están nuestros jóvenes, los que no salen en las páginas policiales de los diarios, sino como víctimas inocentes. Están aquí los que para poder costearse los estudios, trabajan. Y los que realizan tareas en lugares donde pueden perfeccionarse, aún siendo mal remunerados, y los artistas que actúan a la gorra en cualquier plaza por vocación, y los que realizan tareas solidarias para que haya menos excluídos, y los que preservan el medio ambiente, y los que elegieron a su país y a su familia como «su lugar en el mundo».
Ellos y muchos otros están aquí, anónimos, estoicos, sin bajar los brazos, con metas claras y actitudes transparentes.
“Esta juventud es la que normalmente no se ve en los medios de comunicación y a la que hoy podemos mostrar con mucho orgullo.»
Nosotros podríamos agregar que ellos son el presente y el futuro, porque son la esperanza de un país mejor, con una escala de valores que priorice al hombre y su naturaleza
Y es por ellos que vale la pena seguir buscando soluciones
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