De nuestra redacción.- Feliz cumpleaños Barracas!
A la hora que la piqueta arrasaba con edificios históricos -la ferreteria «Ferrari», siguiendo el impulso de los años ’70, cuando el código de edificación posibilitó que se construyeran innúmeros edificios de altura en una zona tradicionalmente residencial, de casas bajas y luminosas, y desaparecieran locales como la vieja droguería de “Endelman y Gallino», ochava noreste; el restaurante de la vereda de enfrente, ochava sudeste, tradicionalmente utilizado por adherentes del radicalismo; la antigua casa de artefactos y repuestos radiofónicos de los hermanos Babiak, en la esquina sudoeste, sin contar con ello el local del viejo cine, luego la Galería , y, por último, un conjunto de locales comerciales.
Ahora, que el viejo empedrado -dicen que elaborado por los presos de Sierra Chica en los primeros años del siglo ya no se extiende, extrañamente parejo, con su boulevard en el centro, y una platabanda destinada al tranvía 9, que siempre habìa que esperar, otro barrio se apresta a festejar los años de su fundación.
Caen paredes de barro más antiguas que la propia ciudad y pasan a ser la memoria de un pueblo que se fue construyendo con el cariño de los inmigrantes. Pero nada se detiene. Ni siquiera los viejos lugareños para observar como el polvo y el espanto cubren la vereda y transforman en recuerdo lo que fue algo vivo y palpitante. Es el progreso que avanza.
Sòlo queda algún viejo vecino nostalgioso. Nada detiene este progreso que renueva el esplendor de los viejos tiempos poniendo en valor un barrio y una zona que estaban relegados en un pasado permanente de manera injusta y discriminativa.
Nuevamente se ve el bullir en las calles y los jòvenes acuden presurosos a sus trabajos o a estudiar, los comercios ofrecen sus productos en modernos escaparates y la oferta gastronòmica abunda.
Todo cambia y evoluciona al ritmo de los tiempos y eso no atenta con la historia, ni con las raìces, por el contrario, alienta a los habitantes del lugar a quedarse en él y no sentir la necesidad de irse en busca de horizontes más promisorios. A querer a ese barrio remozado que como madre amorosa los recibe y les muestra lo mejor de sì, y los viejos ladrillos se convertiràn en hermosos edificios habitados por las nuevas generaciones que disfrutaràn de los espacios verdes con el mismo entusiasmo con que lo hicieron sus memoriosos abuelos.
Por eso repetimos;: Enhorabuena y felíz cumpleaños Barracas!
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