El viejo cine de Barracas que alegró nuestra niñez

De nuestra redacción–   El filme “Cinema Paradiso”, la magnífica creación del director italiano Giusseppe Tornatore, trajo al recuerdo de los “nostálgicos por vocación” las viejas funciones cinematográficas que se realizaban en el viejo cine de Barracas. Lucrativas o meramente amateurs -por aquello de compartir el placer-, dichas funciones, teniendo en cuenta la escasez de salas de proyección ( o “biográfos”, como se les conocía)y el costo elevado de las entradas, se convertían en un clamoroso festival al que concurrían cientos de vecinos, algunos munidos de sillitas y otros sentados en el suelo, frente a la pared encalada que servía de pantalla a viejos equipos de 16mm. que exhibían cortos de Ben Turpin, Buster Keaton o el inefable Charles Chaplin, y algunos mediometrajes de las figuras románticas de la época. Cercenadas y pegadas una y mil veces, con los consiguientes cortes que avivaban las protestas del público, aquellas películas marcaban el espíritu de una época a la que el progreso que la conducía iba fagocitando sin remedio. Las parroquias -Don Orione, en Victoria, y la Asunción de la Virgen, en Olivos- ofrecían la vida de Pío XI en documentales italianas de impecable solemnidad o las dos célebres versiones de la Pasión de Nuestro Señor Jesucristo, según el sello Mayo o la visión de San Pablo Films. Todo era aceptado, todo era bienvenido. Bajo el cielo vestido de estrellas, los sueños se vivían, se respiraban en blanco y negro.

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