De nuestra redacción.- Un comerciante de Nueva Pompeya, Juan Guerrieri nos dio ánimos con sus reflexiones
Cuando se establecen parangones entre la situación actual y las que vivió el país a lo largo de su historia, surgen inevitables las comparaciones con la de los años 30s. Sin embargo no fue la única ni la más importante. En plena “época de oro” de la economía argentina -situada entre 1916 y 1925-, cuando la exportación era el signo más evidente de la transformación de la República hasta ubicarse en el séptimo puesto entre los paises más desarrollados, el interior del país daba cuenta de una aguda depresión interna. Los “crotos” subían de un tren a otro para no perder la cosecha en las disintas regiones de la pampa húmeda y aún más allá, pero los jornales eran magros y la alimentación escasa, todo lo cual no hacía sino anticipar la crisis que sucedería a la caída del gobierno de Hipólito Yrigoyen, y que polítologos y económos suelen achacar a dísimiles causas. “Aquella crisis -apunta un vecino de Pompeya que ha dejado atrás la novena década de existencia- fue pavorosa, es cierto, porque se prolongó por más de diez años. Pero aquí, en estas tierras, se sentía menos. Los que tenían un pedazo de tierra sembraban verduras, alimentaban algunas gallinitas y salían del paso, inclusive cazando ranas o liebres. Si muchos fuimos vegetarianos entre 1930 y 1943, y sobrevivimos, ¿Cómo no vamos a superar estos momentos?
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