De nuestra redacción.- Varias generaciones de argentinos y extranjeros gastaron los mosaicos de sus pistas. En noches de carnaval y agua florida, de mazagrán y naranjín, muchas parejas sellaron indeleblemente un destino común y se juraron amor eterno.
Hubo noviazgos fugaces, de fin de semana, pero casamientos que aun perduran en la serenidad de la vejez. No hubo ritmo que no sonara, ni baile regional que no trajera recuerdos de la lejana tierra a los inmigrantes italianos que cada fin de semana llegaban a La Boca para revivir las “saudades”.
La mayoría de los centros regionales eligieron tierras cercanas al río que los acercó alguna vez desde sus aldeas para construir aquí el hogar tan soñado e integrar a los hijos de sus hijos en los secretos de su gastronomía y de sus costumbres, mientras, a su vez, comenzaban el duro aprendizaje de bailar un tango bien “canyengue”.
Entre añoranzas, mezcla de sangres y sacrificios, aquellos humildes inmigrantes y aquellos modestos obreros y operarias de aquí, fueron modelando un contexto social abierto, franco, divertido, y de esa mixtura creció un esperanzado haz que hoy cuenta con una historia recorrida entre el trabajo y el modesto esparcimiento dominguero, con un recuerdo para las inevitables canastas con las que abordaban los trenes del Mitre o las “bañaderas” que los depositaban en su lar regional, una extensión entrañable de la tierra que, muy a su pesar, alguna vez dejaron.
Del 3 de Junio. Día del inmigrante italiano (SISMM)
Manuel Belgrano quien nació el 3 de junio de 1770 en Buenos Aires, que se destacó como el hijo de un inmigrante italiano, Domingo Belgrano y Peri, y de una argentina, María Josefa González Casero, es el personaje histórico que sirve como sustento para la celebración de este día, un homenaje apropiado para conmemorar la inmigración italiana que dio origen a uno de los Padres de la Patria, el Gral. Manuel Belgrano.
Como merecido reconocimiento a los miles de inmigrantes italianos que residen en la República Argentina, el gobierno argentino estableció el 20 de septiembre de 1995 – mediante la sanción de la ley 24.561 – que el 3 de junio de cada año se celebre el Día del Inmigrante Italiano.
Se puede decir con total certeza que en ningún lado la migración italiana marcó culturalmente y a fuego a una Nación como es el caso de la Argentina. El lenguaje, las costumbres, las comidas, la música, las danzas, llevan sus entrañables huellas. La celebración de este día es un merecido homenaje a los miles de italianos que durante dos siglos dejaron su patria natal para venir a estas tierras a forjar un futuro, formar sus familias y contribuir al crecimiento de Argentina a ser lo que es actualmente.
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