¿Recordamos la niñez? No me diga que tiene que hacer un esfuerzo supremo. Por más que el tiempo haya pasado, por más que las experiencias cotidianas nos hayan impulsado a olvidar miuchos episodios de nuestra vida, hay recuerdos imborrables. En aquella época -diez, veinte o treinta años atrás- los chicos teníamos vedada la entrada a la cocina. Soñábamos con embadurnarnos de arriba a abajo con la crema batida, o con saborear de a kilos la espuma de chocolate casero, pero los mayores -¡oh, los mayores!- se empecinaban en cerrarnos la cocina: “No chicos, que ustedes ensucian pero después no limpian”, solían decir. Es que “no nos tenían paciencia”.
Sin embargo, más de una vez oficiando de cómplices, las abuelas abrían ese cofre de sorpresas y nos permitían aquellas cosas que las mamás impedían. Allí nos ejercitábamos con recetas simples -aquellas que extraíamos de añosos cuadernos que iban pasando de generación en generación- que después hacían las delicias (¡¡¡o no!!!) de familias e invitados.
Hoy podemos darnos el lujo de desatar nuestra pasión por la cocina. Hoy vamos a aprender cómo hacer un sano yogurt casero
Yogurt Casero:
Ingredientes:
1 litro de agua
12 cucharadas de leche en polvo
1 yogurt natural
Preparación:
Se calienta el agua y se le agregan las 12 cucharadas de leche, y se disuelve bien, se deja calentar un poco pero que no hierva, cuando está caliente se apartas del fuego y se le añade el yogurt natural, lo disolvemos bien y lo colocamos en un frasco de vidrio con tapa, lo metemos al horno para que conserve el calor. Si no tenemos horno, agarramos un paño y lo forramos, lo dejamos ahí aproximadamente por 14 horas. Lo que se hace normalmente es que se realiza en la noche y se deja hasta la mañana siguiente, y ya está listo y terminado. Si queremos lo endulzamos, le picamos fruta y lo colocamos en la nevera. Cuando se esté acabando y querramos hacer más, con 5 cucharadas del mismo que hicimos anteriormente puede volver a hacerse yogurt.