En mayo de 1911 la Comisión Directiva del club designó socio honorario a Jorge Newbery y luego lo convirtió en el primer presidente honorario. Cuando el club alcanzó la categoría más alta del fútbol argentino (1914), se le envió un telegrama que decía: “Hemos cumplido, el Club Atlético Huracán, sin interrupción conquistó tres categorías, ascendiendo a primera división, como el globo que cruzó tres repúblicas”.
En principio, Huracán jugó en unos terrenos ubicados en Cachi y Traful, hasta poder tener su primera cancha, la que tuvo como abanderado al propio Jorge Newbery, quien fue el encargado de conseguir los terrenos sobre la calle Arena (hoy Almafuerte), y al mismo tiempo gestionar para que Huracán lograra ingresar en la Asociación Argentina de Football.
La cancha y la habilitación para jugar en tercera división quedan consumadas en 1912, y en años consecutivos logra llegar a la primera división del fútbol argentino. Los años posteriores son algo más trabajosos que los que tuvo que pasar para llegar a primera. Así y todo, consigue figurar entre los primeros puestos y el primer campeonato está cada vez más cerca de lograrse.
Finalmente, en 1921, Huracán obtiene su primer campeonato en primera división perdiendo sólo un partido de 18 jugados. Repite en 1922, ganando 13 de los 16 partidos y en 1923 se da una situación particular: se suspende el campeonato de aquel año cuando Huracán iba primero con dos puntos sobre Boca Juniors y se decide jugar dos finales entre estos dos equipos para decretar un campeón; Boca ganó por 2 a 0 el partido desempate y se quedó con la gloria.
1924 fue un año de transición después del duro golpe sufrido el año anterior, y 12 meses después Huracán logra un nuevo éxito derrotando a Nueva Chicago en una final, ya que ambos equipos habían llegado con la misma cantidad de puntos. Sin mucho tiempo para el festejo, Huracán logra otro nuevo campeonato, pero ahora en la Asociación Amateur obteniendo 58 puntos en un torneo que duró 16 meses.
Huracán sin lugar a dudas se proclamó como uno de los principales animadores de los torneos amateurs figurando siempre, salvo en 1930, entre los diez primeros equipos. Con la obtención de los títulos de campeón en 1921, 1922, 1925 y 1928, se ganó la consideración de equipo «grande» del fútbol de Argentina, destacándose la capacidad goleadora de Guillermo Stábile, siendo Ángel Chiesa, Ramón Vázquez y Juan Pratto los únicos futbolistas en participar de los cuatro campeonatos.
Cuando en 1934 se creó la Asociación del Fútbol Argentino (AFA) los clubes de mayor popularidad presionaron para obtener mayor peso en la toma de decisiones. En 1937 esa presión tuvo éxito y la AFA, por resolución del 5 de agosto, estableció un sistema de voto calificado de acuerdo a las siguientes reglas:
Tres votos: Los clubes que tengan más de 15.000 socios, 20 años de participación consecutiva en los torneos oficiales y haya sido campeón al menos dos veces; Dos votos: Los clubes que tengan más de 10.000 socios y menos de 15.000, o los que no alcanzando esa membresía haya sido campeón de primera división y tenga una antigüedad no menor de 20 años en primera; Un voto: Los clubes que no reúnan los requisitos anteriores. Los únicos clubes que reunieron los requisitos del primer grupo y contaron con tres votos fueron Boca Juniors, River Plate, San Lorenzo de Almagro y Racing, quedando afuera dos de los seis grandes, Independiente y Huracán. En 1947, con el ingreso de Tomas Adolfo Ducó a la A.F.A., esto se revirtió y allí surgió entonces la denominación de los seis grandes que se hizo popular con el correr del tiempo.
Los primeros años del profesionalismo distan bastante de las grandes conquistas y momentos de gloria. Reestructuraciones internas y propias del fútbol argentino alejaron a Huracán de volver a tomar protagonismo y halagos.
1939 es un año importante no tanto en lo deportivo sino en lo institucional. Bajo las directivas de Tomas A. Ducó, Huracán adquiere los predios tanto de la sede como de donde se sitúa hoy el estadio. Crece de manera importante la masa societaria que supera las 20.000 personas, pero todo esto no logra estar acompañado con los éxitos que quedaron años atrás.
La década del 40 trae momentos dulces y no tantos. Se comienzan las obras en el predio de Alcorta y Luna que es inaugurado en un partido con Boca el 7 de septiembre de 1947. A mediados de esa década, el club es intervenido por diferencias entre el gobierno argentino y la presidencia de Huracán comandada por Tomas Ducó. Los logros deportivos siguen haciéndose desear a pesar de que Huracán se posiciona generalmente entre los primeros 5 equipos de la tabla de posiciones y tiene en sus filas a uno de los mejores futbolistas argentinos de la época: Herminio Masantonio.
Concluida la última jornada del campeonato de 1949, Huracán quedó último en la tabla igualado en 26 puntos con Lanús, por lo que ambas instituciones debieron disputar un desempate, en partidos de ida y vuelta, para determinar qué equipo tendría que jugar el próximo año en la Primera B. Dada la paridad producida en los tres anteriores, el 16 de febrero de 1950 se disputó en el estadio de River Plate un cuarto y último encuentro, que se le dio por ganado a Huracán ante la negativa de los jugadores de Lanús a seguir jugando, en protesta por una decisión del árbitro, con lo que conservó la categoría.