Los calambres suelen sobrevenir en los momentos menos esperados y sus consecuencias pueden ser devastadoras: intensos dolores en la zona dolorida, tensión de los músculos y un intenso hormigueo en los miembros inferiores.
A menudo, las causas del problema residen en la falta de magnesio y por eso los deportistas reciben dosis adicionales de componentes vitamínicos que recete el médico tratante. Pero en el caso de las personas que no hacen excesivo gasto de energías, las causas pueden deberse a la acción de diversos fármacos que, en muchos casos, aceleran la pérdida de sales minerales necesarias para el organismo.
Comer una banana en ayunas tiende a establecer el equilibrio, pero a veces no es suficiente: el traicionero calambre hace aparición en medio del sueño o cuando uno intenta levantarse de la cama; otras veces ataca en medio del agua de la pileta de natación o en el cruce de un río, y si no se ha tenido la precaución de ingerir un compuesto total de magnesio, la posibilidad de enfrentarse a alguno de estos desagradables episodios.
Si bien los calambres se dan en mayor proporción en las personas adultas, su aparición puede darse desde muy temprana edad. Pruebe seguir con las recomendaciones del médico que lo trata y complemente con un té preparado con hojas de tilo, manzanilla, o bien hojas de hinojo que incluyan las semillas. Mientras el fosfato de magneio vitaliza los músculos, el té posee efectos calmantes naturales. Bastará con que tome una tacita del compúesto por la noche, antes de acostarse. Con el resto del preparado se pueden aplicar compresas directamente sobre la piel. El tratamiento de hierbas está indicado por lo menos para tres semanas. Por las dudas, consulté al médico sobre la médicación natural y si usted está en condiciones de utilizarla como complemento del suplemento magnesiano que le prescriban Mientras tanto, procure no hacer movimientos bruscos ni ejercicios violentos que comprometan los músculos y prefiera largas y distendidas caminatas.
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