La actual crisis educativa no nació, como se cree, en épocas recientes: datan de hace bastante las dificultades de expresión que padecen los alumnos de las escuelas primarias. El cimiento educativo está horadado desde hace años y muchos de los maestros incorporados a la enseñanza carecían y carecen de los conocimientos necesarios para trasmitirlos a sus alumnos. “En la década de los 60’s se acentuó ese verdadero disparate”, señaló una ex directora de escuela que guardó testimonios de lo expresado. “En materia de Lenguaje -nombre con el que se conocía la pura y simple Gramática-, de puño y letra de docentes recibidos entre 1965 y 1071, encontramos los siguientes dislates: edito por edicto; vitorioso por victorioso; Mamború por Mambrú; Corusú Quatía por Curuzú-Cuatiá; beligerante por importante, y siguen…”
Para algunos maestros, un cero
La actual crisis educativa no nació, como se cree, en épocas recientes: datan de hace bastante las dificultades de expresión que padecen los alumnos de las escuelas primarias. El cimiento educativo está horadado desde hace años y muchos de los maestros incorporados a la enseñanza carecían y carecen de los conocimientos necesarios para trasmitirlos a sus alumnos. “En la década de los 60’s se acentuó ese verdadero disparate”, señaló una ex directora de escuela que guardó testimonios de lo expresado. “En materia de Lenguaje -nombre con el que se conocía la pura y simple Gramática-, de puño y letra de docentes recibidos entre 1965 y 1071, encontramos los siguientes dislates: edito por edicto; vitorioso por victorioso; Mamború por Mambrú; Corusú Quatía por Curuzú-Cuatiá; beligerante por importante, y siguen…”
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