De nuestra redacción,- Aquellas manos sabias se integraron a la tierra, son pétalos de esas rosas que pugnan por salir, son los nuevos broten que despuntan tìmidos demostrándonos que la vida resurge a pesar de todo.
Faltan aùn dos meses y ya la estamos deseando, como si nada malo pudiera pasar en Primavera. Pero en Primavera también se muere, como murió ese viejo sabio de La Boca, de ahò nomàs, donde el rìo pareciera hacer un recodo, que le hablaba a las flores y se reconcentraba cada tarde en el chorro parejo que caía desde la regadera.
Todo comenzò en abril, la época en que el sol aùn deslumbra con sus brillos y nos hace una caricia que garantiza momentos perpetuos. Como la rosa, a la que se corta para que engalane, asi se marchitó el anciano. Alguien robó las plantas huérfanas (¿las robó?) y es seguro que, a punto de florecer, en algún lugar, estarán preparándose para prometer amor eterno-y para desgajarse, enseguida, en un acto heróico y supremo.
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