«Tiene la palabra»: El espacio de los vecinos de la comuna 4

De nuestra redacción.- Marcela tiene su comercio en la calle Entre Rìos. Naciò en Barracas. Allí se casò y formó su familia. Aùn recuerda el tranvìa 9 y los viejos trolebuses de su infancia. Añora a los que ya no estàn, pero disfruta de esta nueva etapa del barrio que permite a sus hijos no tener que dejarlo.

Cada esquina tiene su  historia. La va burlando con hechos concretos, con epopeyas, y también  con sueños que, de vez en  cuando, se convierten en realidad. La esquina de Luzuriaga al 100 es cabal  y representativa historia de Barracas, aunque el empedrado  original de la calle ancha haya  desaparecido y los comercios  de principios de siglo, terminaran convertidos en polvo y olvido. Otras esquinas  que albergaron cafés de fugitivos, fondas para verduleros  con platos rebosantes de  “busecas” y “risottos” al uso  itálico, con sus variantes de  “bagnacauda” piemontesa o  “tagliaellis al dente», son cuatro interpretaciones de un pasado reciente.

Pero Barracas fue siempre Barracas, en su  centro histórico,  cuna de patricios y fundadores; hacia el Oeste, , con sus calles desparejas, acordonadas. Atràs quedaron el dialecto  cerrado enarbolado en el  juego de la murra, el vino  fuerte, regional que caía desde  la bota y remojaba las gargantas. Entre la pobreza y la  quebrada ilusión de hacer la  América, aquellos ingenuos  que cruzaron el océano fueron construyendo un mundo particular que se fundió  con la sangre de los que  aquì estaban.  Estas esquinas fueron testigos de  la comunión entre los unos  y otros, y de las bataholas  políticas de los tiempos en  que todos  se adjudicaban el derecho a  gobernar. Estas esquinas son,  por todo eso, una historia en  permanente evolución.

Ya no están las antiguas fondas. Fueron reeplazadas por modernas confiterías, luminosas y con estilo en su mobiliario. Algunas con diseños temáticos tienen una particularidad especial, otras adornadas con distintas especies de plantas le dan al lugar sensación de frescor y paz.

A cierta hora se vuelven bulliciosas. Se explica, los vecinos después de tanto aislamiento comienzan a salir. Por ahora es al aire libre. Terrazas balcones, patios, veredas, estacionamientos… todo es válido para cumplir con la consigna: Cuidarnos!

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