En estas fechas veraniegas se ha impuesto la costumbre -maligna- de explotar petardos, quemar cohetes y prender cartuchos de fuegos de artificio con una abundancia que parece que quiere hacer natural la costumbre. Se tiran cohetes en cualquier lugar y no sólo a las 12 de la noche de navidad o año nuevo, sino que también a cualquier hora del día, cualquier día de la semana, festivo o no.
Deberían utilizarse explosivos sometidos a rigurosas normas de seguridad, y tirarse petardos en una franje horaria, fuera de la cual además de prohibirse, se sancione. También evitar el uso el lugares inadecuados (los balcones, el centro de la calle, las plazas) y el uso indiscriminado y continuado de este tipo de explosivos.
Javier Vegas reflexiona en su blog y Asela Ortiz comparte junto con los demás pensamientos que tirar petardos, cohetes y explosivos en general es peligroso, nocivo e insalubre. Las mascotas y los animales salvajes enloquecen, los niños se aturden y los humanos apelamos al sagrado argumento del derecho a tirar cohetes o al de prohibirlo.
Más allá del daño que puede causarle a los humanos, quienes más sufren son los animales. Según especialistas, la consecuencia de las explosiones en las mascotas “es equiparable a lo que le pasa a las personas que han estado en zonas de bombardeos”
Como índice, cada año en Italia mueren alrededor de 5000 animales domésticos por efecto directo de la pirotecnia, 1500 de estos animales son perros y gatos. Muchos de ellos entran en pánico perdiéndose en una huida sin fin que tristemente puede acabar bajo las ruedas de un coche.
Las mascotas no terminan de adaptarse nunca a un medio al que no entienden, por eso es necesario que hagas todo lo posible por protegerla ante esta situación.
Se recomienda:
-No acariciar a los animales cuando están asustados, para no fomentar su miedo,
-Prepararles un sitio tranquilo donde se puedan sentir más seguros
-Consultar a un veterinario si fuera preciso someterles a tratamiento
-Algunos de los síntomas que puede sufrir nuestro perro, gato, o lo que fuere, son taquicardia, temblores, falta de aire, aturdimiento, sensación de irrealidad, sólo por mencionar algunos, los que pueden provocar que bien tenga luego miedo a salir de algún rincón, o por el contrario, que su conducta se vuelva totalmente errática.
-Una de las claves que hay que tener en cuenta, es asegurarse en estos casos que las mascotas posean un collar con la dirección y un número al que pueda recurrirse en caso de huída, ya que la cantidad de animales perdidos por la fecha se multiplica. Además, si sabes que tu mascota sufre los fuegos artificiales, sería conveniente analizar la posibilidad de darle un calmante, siempre bajo prescripción veterinaria.