Comuna 4: Cárcel de Caseros, un proyecto que se posterga

MP.- A casi dos décadas de su cierre, la Cárcel de Caseros es, por sus características y por lo rico de su historia, un edificio emblemático que sigue dando que hablar.

Los personajes que la habitaron dieron origen a la serie «El Marginal» que la convirtió en un set de filmación, ya que se filma en sus pabellones, lo que le agrega una importante dosis de realismo a las interpretaciones.

En sus paredes susbsisten las huellas de sus antiguos habitantes, que con sus historias de vida impresionaban a los vecinos de esa época.

Un lugar que despertaba temor y curiosidad al mismo tiempo a los habitantes de la zona que veían a la vigilancia del lugar munida de fuerte armamento, mientras algunos de los encarcelados gritaban desde sus ventanucos enrejados.

Desde la Plaza que estaba ubicada enfrente de la construcción se podía ver a los familiares y amigos que iban a visitar a los presos y debían hacer largas colas para esperar la consabida y exigente revisación que les permitiría poder entrar a ese submundo lleno de incógnitas para los que nunca habían traspasado sus puertas

La historia oficial
La Cárcel de Caseros fue una cárcel en modelo panóptico en el barrio de Parque Patricios. Debe su nombre a la avenida homónima sobre la que se encuentra.

Fue ideada durante el gobierno del radical Arturo Frondizi en 1960 por la Comisión Nacional de Construcciones Penitenciarias como parte del un complejo judicial que quedó trunco, y abandonada tres años más tarde luego de un informe del Servicio Penitenciario Federal que alegaba la inhumanidad e inviabilidad del proyecto.

Durante la dictadura de Juan Carlos Onganía, las obras fueron retomadas en 1969, pero fue recién durante el siguiente gobierno de facto, a cargo de Jorge Rafael Videla que la prisión fue inaugurada, el 23 de abril de 1979.

El edificio original de la cárcel, concebido en 1870 como Casa de Corrección de Menores Varones, fue proyectado por los arquitectos Carlos Altgelt, Pedro Benoit, Juan Martín Burgos y Valentín Balbín, y se terminó en 1877.

Ya en diciembre de 2000 se había anunciado que sería demolida. Pero entonces se instaló una polémica, pues los directivos del Hospital Garrahan y del Hospital Udaondo consideraron que si se utilizaba el método de implosión el polvo podría causar daño a los pacientes internados. Se llamó entonces a los vecinos a deliberar en las reuniones de la Comisión de Planeamiento. Después de seis meses de deliberaciones la por entonces Vicejefe de Gobierno porteño, Cecilia Felgueras, afirmó sería demolida «antes que finalizara el año 2001» y confirmó que sería demolida por implosión, descartando el peligro de que perjudicara a los vecinos.

La cárcel cerró sus puertas definitivamente en 2001.

En octubre del año 2001, se realizaron pruebas de medición del impacto ambiental que provocaría la implosión. Pero varios vecinos seguían protestando exigiendo que la demolición se realizara manualmente.

Durante el año 2002 se grabó gran parte de la miniserie argentina «Tumberos».

En marzo de 2003, las autoridades anunciaron que la demolición se haría efectiva en un plazo de 130 días, pero sin tener decidido el método a utilizar. Tras nuevas postergaciones en noviembre de 2003, el Gobierno porteño anunció la firma de un convenio que autorizaba al ejército a demoler el edificio mediante una implosión realizada en tres etapas a lo largo de todo un año y estableció que la primera implosión sería el mes de marzo de 2004. Mientras tanto los vecinos de la zona recibieron asesoramiento sobre la demolición y cuatro vecinos presentaron un amparo por los daños que provocaría la implosión.

El Gobierno de la Ciudad convocó para el 20 de diciembre de ese año a una audiencia pública, como respuesta a la medida judicial confirmada en segunda instancia, que impedía la demolición. Sin embargo la audiencia sólo se dirigió a discutir el impacto ambiental de la implosión, pero no el método en sí. El gobierno sostenía que la estructura no podía soportar un trabajo de demolición mecánica que implica pequeños impactos durante mucho tiempo. Después de esa audiencia se estimó que la demolición podría realizarse en aproximadamente 60 días, luego de que se emitiera el certificado de impacto ambiental. Pero salvo las dos torres, que fueron demolidas entre 2004 y 2007, nada se hizo.

Proyectos

Ante la falta de accionar, en 2010 comenzó a ser ocupada por personas que se dedicaban al consumo y la venta de drogas, por lo tanto en 2011, se realizó el concurso de proyectos para instalar en el terreno de las torres de la Cárcel de Caseros a la nueva sede del Archivo General de la Nación. La presentación terminó a mediados del año siguiente, y el jurado integrado por miembros de la Sociedad Central de Arquitectos y el Ministerio del Interior eligió como ganadora la propuesta de los arquitectos Deschamps-Estremera-Gavernet.

El proyecto comprende dos edificios: uno para el acceso del público a las consultas del material de archivo, ubicado sobre la prolongación peatonal de la calle Rondeau que atravesaría la actual manzana de la cárcel, y un bloque de varios pisos con los distintos archivos, sobre la calle 15 de Noviembre de 1889, con la posibilidad de ser construido por etapas. Entre ambas construcciones habría una plaza seca, y a futuro el edificio se integraría con el centro cultural proyectado en el edificio de la cárcel vieja.

También se decidió levantar 7 pisos  para albergar allí las oficinas del Ministerio de Economía, en consonancia con la política de descentralizar y a la vez poner en valor la zona sur de la ciudad. Para tal fin ya se estaban cerrando tratativas con FONPLATA, banco de desarrollo conformado por Argentina, Bolivia, Brasil, Paraguay y Uruguay y con Nación. 

El cambio de gobierno frenó todo el proyecto, la Nación denegó los fondos y las garantías para que la Ciudad pudiera acordar algun otro tipo de crédito o financiamiento. La actual situación tampoco le permite financiar la obra con sus propio fondos, más con los gastos que trajo aparejada la pandemia

En resumen, un proyecto que no se concreta y un posterior pedido de la Junta Comunal de la Comuna 4 solicitando se considere el predio como de interés vecinal, en salvaguarda del lugar que es patrimonio histórico, ante cualquier avance que quiera tomar Nación sobre la propiedad.

EEn esta tónica es el documento presentado y aprobado dice en uno de sus párrafos: «Por lo tanto, acompañamos el proyecto para la transformación de la ex Cárcel de Caseros en una Agencia de Ciencia y Tecnología Porteña, Centro de Servicios y un Espacio para la Memoria, entendiéndolo como una oportunidad histórica para la generación de un ecosistema productivo, social y cultural en la Comuna 4».

Queda esperar que inversores privados se suman para concretar el proyecto