El Primer Festival de Tango de La República de La Boca contó con una treintena de agrupaciones musicales y miles de asistentes en sus cuatro días de propuestas gratuitas. También, fue escena para el estreno de «Severino», tango que recuerda al libertario Di Giovanni y que está disponible al pié de la nota.
Barrial, gratuito, independiente y fundado al calor de la clausura de escenarios por parte del gobierno de la ciudad, el Primer Festival de Tango de la República de La Boca se realizó en diferentes ámbitos del barrio entre el 18 y el 21 de noviembre bajo el slogan «El tango no se clausura». Con el optimismo de la voluntad, llevaron el tango al arrabal, la milonga a la calle, y compartieron un estreno ácrata, con poesía de Osvaldo Bayer y música del bandoneonista Pablo Bernaba, integrante del Quinteto Negro La Boca.
A lo largo de sus cuatro jornadas, una treintena de agrupaciones tocaron gratis para unos 2.000 espectadores, mientas que los costos del evento se financiaron con colaboraciones a la gorra, la venta de remeras alusivas y de discos, consumiciones y la solidaridad barrial.
«El festival es gratuito porque queremos devolverle el tango al barrio, y eso no se clausura» advierte Gustavo Núñez, dueño de Malevaje Arte Club, cantina de La Boca que fue clausurada dos meses después de su inauguración, en 2009. Y lo dice porque la idea de hacer este festival nació junto a la clausura cuando vecinos, músicos y dueños de otros locales en iguales condiciones se organizaron para dar vida a esta cruzada musical.
El 20, Malevaje se reinauguró para ser escenario del festival y redoblar la apuesta: «Fue tras un año exacto de aquella clausura, 20.000 pesos en trámites burocráticos, un juicio ganado y gracias al esfuerzo de los músicos y los vecinos» dice Núñez, quien evalúa el festival como «inmejorable, porque la gente quiere salir y los músicos necesitan lugares donde tocar «. Y eso hicieron.
El Teatro Verdi fue el elegido para la apertura. Su estilo arquitectónico tradicional italiano data de 1878 cuando funcionaba la Sociedad Cosmopolita Filarmónica y de Socorros Mutuos José Verdi. Hoy, la sala es dueña de una elegancia trasuntada por los años, la falta de recursos y la necesidad de ganar espacios. Su sala fue conquistada por mesas y sillas que abren paso al baile que convida un escenario engalanado por la mejor tradición musical.
«Es mentira que La Boca no puede tener escenarios tangueros, que no hay músicos ni poetas. Los hay, son muchos y necesitan donde tocar. ¡Viva el tango!» arenga Martín Ortaño, conductor del evento, organizador del festival y encargado de Sanata Bar (local de Almagro cuyo escenario está clausurado). Los aplausos se fundieron en Orquestazo a cargo de Alan Halskten Group, el Quinteto Negro La Boca, la Orquesta Típica Esquina Sur y La Vidú.
Al dia siguiente, el Salón de fiestas de los Bomberos Voluntarios fue ámbito propicio para un ágape intimista con artistas como Hernán Fernádez y Moscato Luna, y Concepto Dúo, y punto de partida para alargar la noche en el Cine Teatro Almirante Brown con Dema y la Orquesta Petitera, Proyecto L.C.B. y más música popular.
La República de La Boca, como la llaman sus vecinos, se vio enlazada en una agenda itinerante de música, homenajes en la vereda (a Pedro Laurenz y a Juan de Dios Filiberto) y charlas sobre el presente del género, las anécdotas de los vecinos históricos y descendientes de genoveses, y la relación entre tango y anarquismo.
La tarde de un domingo soleado invitó a milonguear en Vuelta de Rocha. El recital, que iba a ser en la explanada del transbordador del puente Nicolás Avellaneda, terminó por realizarse en el escenario que el gobierno de la ciudad tiene montado para su programa de Tango en Caminito, porque en La Boca lo orillero se combina con la impronta de ser una meca turística.
Uno de los principales temores de los organizadores del festival era que los escenarios se superpusieran pero a último momento el oficialismo porteño reprogramó su propuesta y cedió el escenario. Lo ganó el pueblo, la cultura y la música ciudadana.