Se realizará la cuarta edición del Festival Internacional de Títeres al Sur 2011 entre el 16 y el 31 de julio a la vera del Riachuelo, invitando a disfrutar de compañías locales e internacionales, para niños y adultos, gratuitas y a precios populares.
El Grupo de Teatro Catalinas Sur prepara estandartes, maquillaje, bambalinas, luces y títeres de todos los estilos y latitudes para poblar las 100 obras que se exhibirán en las siete salas que, dispuestas en el sur de la Ciudad, darán cuerpo al 4º Festival de Títeres al Sur 2011. Anclado en pleno invierno porteño, entre el 16 y el 31 de julio, la agenda garantiza el calor de una verdadera fiesta popular.
A las compañías locales, se sumarán las obras provenientes de China, Rusia, Italia, Irán, Kenia, México, Colombia, Ecuador, Perú, Chile y Brasil, entre otras, para exhibir un amplio abanico de técnicas: marionetas, títeres de guante, de mesa, de varilla, animación con plastilina y muñecos gigantes que se reparten entre obras para los chicos y para los adultos.
Festividad callejera. Esta fiesta popular, que en su edición anterior vio pasar a unos 20.000 espectadores, nació en el corazón de La Boca y de la mano del grupo de teatro comunitario Catalinas Sur. ¿La meta? Generar espacios: «Porque no es verdad que los pibes vayan al teatro en vacaciones de invierno, o lo es sólo para unos pocos» dice Ximena Bianchi, una de las organizadoras del festival, y subraya que se hace en el sur porteño «para que vengan de todos lados y que el sur sea protagonista».
Las funciones se reparten entre salas teatrales y otras, como comedores, aulas de un profesorado y espacios comunes de las villas 21 y de la 1-11-14. El objetivo es presentarlo en lugares accesibles y que la gente sienta propio porque «no sólo por razones económicas la gente no va al teatro, muchas veces no lo hace porque siente que no es para ella o porque no está acostumbrada» reflexiona Bianchi e invita. Con ese criterio de acercarse, además, hay funciones en el Instituto Roca y en el Instituto San Martin de Menores.
La lógica de la entrada también difiere de la del mercado. No hay espectáculos gratis y pagos, sino que rotan por sedes gratuitas (cuya entrada se retira dos horas antes de la función) como en El Circuito Cultural Barracas, el Comedor los Pibes, el Centro Comunitario Santa María de Luján, la Sociedad Luz; y por sedes pagas como el Galpón de Catalinas, el Teatro La Máscara (con obras de $25 y $35). «La idea es que el aspecto económico no sea un impedimento, ni siquiera en las salas pagas» apuesta la organizadora.
Este festival se hace con el apoyo de la Secretaría Nacional de Niñez, Adolescencia y Familia (Sennaf) del Ministerio de Desarrollo Social de la Nación, la Fundaciones Itau e YPF a través de Mecenazgo Cultural de la Ciudad de Buenos Aires, Iberescena, Proteatro, y de distintas embajadas.
De acá y allá. El evento de apertura está previsto para el 16 de julio y arranca a las 13 en la Plaza de los Bomberos (Caminito y Lamadrid) con la murga del Circuito Cultural Barracas, para continuar con una peregrinación callejera de artistas y vecinos, música, títeres y sorpresas. Quien tenga títeres y ganas de jugar, puede llevarlos para compartir el espacio y tomar la calle con alegría.
Con y sin retablo, marionetas, títeres de guante, de mesa y de varilla las técnicas se multiplican con los artistas. Entre ellos, Manuel Mansilla y su Teatro de Títeres Anticostumbrista, oriundo de Lomas de Zamora, presenta «Títeres a cielo abierto», una obra para toda la familia con bocones con varilla, bocones de mesa y títeres de guante.
«Es un espectáculo abierto, callejero, sin retablo (pequeño escenario) y en el que títeres, titiriteros y espectador construyen el relato» explica Mansilla y adelanta que «uno de los personajes es un títere que no se asume como tal y al que el público ayuda». «Una vez, en una función de esta obra se paró un nene, abrazó al títere y le dijo ‘todo va a estar bien, no te preocupes’. Y, el espectáculo terminó ahí porque con ese gesto quedó clara la obra», se acuerda con orgullo.
Temática, técnica y procedencia dan diversidad al festival en el que el idioma no es un impedimento porque la comunicación musical y gestual garantiza el contacto y hasta la identificación. ¿Cómo? «La cosa popular, en Argentina, Italia o Irán, tiene elementos comunes, más allá de lo idiomático y cultural», asegura Bianchi al tiempo que pregunta sonriente, dueña de la respuesta: «¿Adónde podes ir a ver una obra de títeres iraní?» Al festival.
Apple Tree Group es la compañía oriunda de Tehran, Irán, que integrada por las hermanas Mirzahoseini (Fahime, Sima, Samane y Saide), es la primera compañía de mujeres en interpretar la obra que cuenta las asombrosas historias que viven Pahlevan Kachal, héroe calvo al que le gusta mucho el dinero, y Mubarak, su criado.
El convite a dejarse volar el sombrero está hecho. Ahora, depende de cada quien contar con el permiso para salir a jugar.