Descubrí qué mitos son ciertos y a cuáles es mejor no hacerles caso para tener un cabello sano, suave y lindo.
“Hay que cortarse el pelo seguido para que crezca más fuerte.”
FALSO: Y acá se termina una leyenda que lleva siglos: El crecimiento del cabello no tiene nada que ver con cuantas veces al mes se recorte, que sea fuerte o débil depende de una buena alimentación, del uso de elementos que lo dañan (como el secador, la planchita y tinturas) y utilizar los productos adecuados para el tipo de cabello.
Lo que da imagen de un pelo más fuerte es la eliminación de las puntas florecidas, lo que le da un mejor aspecto. Que quede más suave al tacto y más prolijo al eliminarle las partes resecas no significa que cortando el cabello sea vuelva más fuerte.
“Si el shampoo hace mucha espuma, no sirve”
FALSO: Qué un shampoo haga mucha o poca espuma no tiene nada que ver con la calidad del producto. Un shampoo puede hacer espuma hasta el techo y ser buenísimo… o un completo desastre. La espuma tiene que ver con el tipo y cantidad se surfactante que contenga el producto. (El surfactante es un elemento químico activo que limpia el cabello) Se cree que cuánto más surfactante contenga el shampoo, más espuma hará. Pero hay que tener en cuenta que existen algunos tipos de este químico que generan bajos niveles de espuma en altas concentraciones. Así que la espuma no es un elemento que indique si un shampoo es bueno, malo o… “pura espuma”.
“Hay que cambiar de shampoo seguido para que el pelo no se acostumbre”
MMMMMM: (NI VERDADERO NI FALSO): Las primeras veces que usa un shampoo nuevo, se siente una gran diferencia en el cabello; seguramente quedé más suave o luminoso. Pero luego, con el transcurso de los lavados, es común que esos beneficios se vayan minimizando.
Esto tiene una explicación científica: No es que el pelo se “acostumbre” al shampoo, sino que el shampoo ha causado efecto y el cabello se encuentra en mejores condiciones. Lo que hay que hacer apenas se note que el producto ya no está funcionando como al principio, es sustituirlo por otro de componentes variados.
“Si tenes el pelo húmedo, no hay que usar cepillo porque el pelo se puede resquebrajar”
VERDADERO: Para peinar un pelo mojado, hay que usar peine, preferentemente de dientes anchos, tipo peineta. Si bien es verdad que con un cepillo es más fácil de desenredar porque se abarca más cabello en cada pasada, también se ejerce más fuerza y el pelo se entrecorta y resquebraja.
“Para que el cabello crezca rápido y fuerte, hay que cortarlo con la luna en cuarto creciente”
FALSO: Este mito tiene origen en una antigua leyenda de un pueblo agrícola, que creía que el crecimiento de la plantación se regía por la luna.
Dependiendo de cada persona, el pelo puede crecer entre 1 y 1,5 cm por mes y que se lo corte con la luna llena, menguante o creciente no va a variar esta medida ni va a acelerar el tiempo de crecimiento.
“El pelo lacio brilla más que el pelo con rizos o rulos”
MMMMMM…Ni VERDADERO NI FALSO: El brillo del cabello es el reflejo de la luz. Se supone que cuanto más lacio esté el pelo, más brilloso es. Es decir, cuanto más lisa sea la superficie del pelo, más luz refleja.
Esto no es necesariamente así, simplemente es una ilusón óptica que siempre hará parecer a un cabello lacio más brillante que uno rizado.
“Si no tenés la cara muy angulosa, no podés usar flequillo”
FALSO: Hay muchas variantes en materia de flequillos y para todo los gustos: largos, cortos, desmechados, hacia el costado, etc. Todo es cuestión de usar el que mejor se adapte a la forma de tu rostro. Por ejemplo: Si la forma de la cara tira más bien a la redondez, posiblemente quede mejor un flequillo largo volcado hacia un costado, o uno que salga casi desde la mitad de la cabeza hará que el rostro se vea más “alargado” y menos “redondo».
Contrario de lo que se cree, un buen flequillo puede destacar una mirada y realzar los pómulos, solo hay que elegir el estilo correcto.
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